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martes, 15 de octubre de 2013

Restauración de una vitrina y un aparador

En este post quería mostraros el trabajo que he estado realizando gran parte de este verano:
La restauración de una vitrina color caoba y un aparador de nogal, ambos muy bonitos aunque a primera vista pueda no parecerlo

Estas piezas estuvieron almacenadas mucho tiempo, esperando que sus dueños pudieran ubicarlas de nuevo en su hogar tras unas reformas.
La madera de la vitrina estaba en muy buen estado, pero necesitaba una restauración a fondo. El barniz del acabado estaba deteriorado, con arañazos y desperfectos y mucha suciedad en la superficie; los cajones y baldas interiores estaban forrados con papel ; las molduras de las puertas estaban desencoladas y sueltas, incluso faltaba alguna y tenía un cristal roto; el tablero del fondo de la vitrina estaba tapizado en capitoné con tela de raso verde que mostraba  manchas debidas al desgaste propio de los años, etc ….













Con todo esto, me puse manos a la obra, y tras muchas horas de limpieza, tratamiento, carpintería –para hacerle las molduras necesarias , unas baldas para las puertas inferiores, ajustar las patas- ,barnizado , tapizado y montaje, este es el resultado:

Una vitrina de estilo inglés preciosa, que parece totalmente nueva


El caso del aparador fue distinto. Tengo que admitir que este tipo de muebles me encanta , y trabajar con esta pieza fue laborioso pero mereció la pena. 
En este mueble la polilla había hecho más daños, y  algún detalle de madera estaba roto, como esta pieza tallada, a la que le faltaba uno de los extremos y hubo que rehacerlo:

También se necesitó hacer parte de las piezas torneadas que sujetan la parte alta del platero, y sustituir los apoyos de los fondos, ya que era la parte más dañada por la polilla.
Tras hacer todo el trabajo de carpintería necesario, lo limpié a fondo y se llevó a cabo el tratamiento anticarcoma. 

(detalle del antes y el después de uno de los cajones)


Una vez lista la madera, tras teñirlo y recuperar los daños causados por la carcoma, pasé a darle el acabado deseado, en este caso un acabado a la cera, y a montar pieza a pieza todo el puzzle en el que se convierten estos muebles cuando se trabaja con ellos.


La tapa del mueble consistía en una piedra de mármol preciosa, y en perfecto estado - cosa difícil de encontrar en piezas antiguas- , que sólo necesitó una limpieza en profundidad. Para ello, seguí el consejo que hace un tiempo publiqué en el blog de el Rincón de los Trastos, y que podéis consultar pinchando aquí

Tras todo este trabajo, el resultado fue el que muestran estas fotos, un aparador antiguo que vuelve a brillar de nuevo en su hogar:








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